SONRISAS DE PAPEL

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perder la vida, sumergido en el suave letargo de la embriagante mediocridad,
en el violento éxtasis del absurdo conformismo
o en la carente coherencia de una mente estúpida.


perder las esperanzas frente a un mundo vacío,

lleno de masas animales vacías de ideología,
pero llenas de deseos de encajar.


perder la vida, en solo un segundo,

como se puede ser tan vacío, tan estúpido
tan lleno de ese materialismo consumidor, que lejos de consumir verdades, consume vidas,
cual hacedor de muerte esperando al próximo en la lista.


animales idiotas, que solo consiguen,

ser aceptados ante sus semejantes siendo estructural mente estúpidos,
que solo buscan una sonrisa donde las sonrisas son de papel,
y donde realmente no importa quien diablos seas,
si no cuantos números tienes a la mano,


masas incrédulas de si mismas,

creyentes de dioses pintados, y de trapos olorosos a plástico,
aduladores de la envidia, amantes de la pobreza agresiva
de un misérico minuto de notoriedad

perder la vida, pero eso si sumergido en el suave
letargo de la narcótica estupidez,

en el maldito éxtasis del absurdo conformismo,
en la incoherencia de una mente común y hastiada de mediocridad

perder la identidad, pero jamas sin los trapos de plástico,

como se puede ser tan vacío, tan común, tan estúpido

vivir buscando una sonrisa, solo donde las sonrisas son de papel


como pueden ser tan estúpidos, animales idiotas, aduladores de la miseria notoriedad.


a mi encuentro con el pasado, ese que tenia cara de mujer, a mi encuentro con la verdad a las amargas noches de lágrimas y dolor, que causaron la mentira, la hipocresía y la mediocridad a todas esas mentes estúpidas, que vagan sin pena, sabiéndose vacías. pequeños mortales, que basan su vida en una sonrisa de papel.

Analogando un poco... 1ra Parte (B)

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Es evidente que hay factores que no puedo “análogar” por el simple efecto de la evolución, ya sea social, tecnología o incluso estética. Puedo usar muchos recursos que puedan explicar de mejor forma esto. Por ejemplo en el campo tecnológico y de telecomunicaciones no teníamos tantos avances, no había Blackberry, no había siquiera telefonía celular, es mas siquiera llegábamos a tener teléfonos inalámbricos en casa, lo más parecido que teníamos a un intercomunicador personal que cumpliese con las maravillosas funciones de emisor-receptor era un aparato considerablemente pesado aproximadamente unos dos mil gramos de un plástico macizo bastante resistente a altas temperaturas, fuertes impactos y en algunas ocasiones al contacto con el agua, este dispositivo emitía un sonido bastante particular algo parecido a unas campanitas ahogadas repicando por unos segundos después de hacer impacto de seco contra alguna superficie más blanda… el plástico era de un opaco y muy suave azul celeste, este dispositivo se dividía en dos partes, la parte operacional en donde su centro eje era un gran disco con agujeros para ser más exactos eran diez agujeros en donde detrás en una calcomanía futurista iban ordenados diez números partiendo desde el numero 1 y terminando en el 0, este disco con agujeros era lo que hoy en día conocemos como teclas. Había que ejecutar un giro dependiendo del número que quisiéramos discar. Partiendo desde la posición del propio numero hasta el tope final que era una pestaña de metal que hacia la función de discador. Dentro de esta primera caja operacional estaba todo el sistema maravilloso que transmitía los giros de esta rueda con agujeros en números y a su vez transformaba los sonidos, gritos, onomatopeyas, melodías y demás en una señal dial fácil de transmitir por vía cable telefónico hacia otro aparato similar receptor-emisor, la parte secundaria era un gran auricular con dos partes redondas y chata, la parte superior funcionaba como un audífono de alta densidad y fidelidad en el que la única forma de escuchar los sonidos que por allí se dislocaban era aislándote por completo en una concentración sepulcral que solo era posible lograr al hundir por completo el dedo índice en la cavidad auditiva desde el oído libre de tal forma que con el dedo índice en cuestión taponeases todo el orificio encargado de llevar los diferentes sonidos a tu cerebro y transformarlos en palabras que después de un análisis corto y casi imperceptible se transforman en ideas, el extremo inferior tenía una bocina micrófono por el cual podrías transferir todos los sonidos hacia el receptor que estaba del otro lado perdiendo partes importantes de su masa encefálica por el efecto tapón con el dedo índice, todo este proceso traumático que solo era posible llevar a cabo una vez al día y por muy pocos minutos dejo muchas marcas en la sociedad, por ello es común ver personas de edades no tan juveniles proferir una serie de gritos y chillidos de forma muy excitada y violenta por unos pocos segundos cuando atienden un equipo celular o un teléfono en la actualidad, inclusive podemos ver el mismo gesto con el dedo índice algo que un psicólogo pedagogo llamaría traumas de la infancia…
Continuara 2...

Analogando un poco... 1ra Parte (A)

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Aunque cuento ya con más de 10200 días desde que nací me considero un hombre joven… pero sin duda alguna puedo negar que de una época que ahora mismo pareciese muy lejana, una época donde el universo, el mundo, este país, la vida, los años, los meses, los días, las horas y hasta las milésimas de los segundos parecían moverse de una forma significativamente más lenta, más o menos digamos que el mundo giraba sobre su mismo eje alrededor del sol a unos cuatrocientos mil kilómetro por segundo más lento, claro esta no me refiero a ese espacio y realidad alterna que fueron los floreados 60’s aunque estoy más que convencido que tenía que haber nacido en esa época… tampoco hago referencia a los plastificados eh industrializados 70’s… esos dos decenios son tela para otras alpargatas… yo me refiero a una década futurista para ese momento en el que respire oxigeno por primera vez, momento en el que estoy completamente seguro que di mi primera mentada de madre… (estoy seguro muy convencido que si el infante recién nacido pudiese traducir su llanto desesperado cargado de miedo rabia y dolor a nuestro español coloquial diría algo más o menos parecido a una buena mentada de madre acompañado de unas cuantas buenas palabras de aliento para el médico o medica que lo acaba de golpear en la parte trasera para estimular su llanto)… un día de las madres a las cinco de la madrugada después de unas cuantas horas de un eterno puja y relaja que fue el acto “saca eso que llevas por dentro” que vivió mi madre unos meses después de empezar el primer año de los bizarros, enlycrados y muy llenos de laca 80’s.
Aunque tengo bastante material no quiero extenderme aquí en este momento haciendo algo parecido a una novela ensayo sobre mi infancia desde el momento que me dieron mi primera nalgada y acto seguido mente la madre por primera vez. Voy a hacer y esta es mi intención con este relato una analogía entre la juventud adolescente de mi época y la juventud adolescente de la época actual.
Continuara...