Analogando un poco... 1ra Parte (B)

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Es evidente que hay factores que no puedo “análogar” por el simple efecto de la evolución, ya sea social, tecnología o incluso estética. Puedo usar muchos recursos que puedan explicar de mejor forma esto. Por ejemplo en el campo tecnológico y de telecomunicaciones no teníamos tantos avances, no había Blackberry, no había siquiera telefonía celular, es mas siquiera llegábamos a tener teléfonos inalámbricos en casa, lo más parecido que teníamos a un intercomunicador personal que cumpliese con las maravillosas funciones de emisor-receptor era un aparato considerablemente pesado aproximadamente unos dos mil gramos de un plástico macizo bastante resistente a altas temperaturas, fuertes impactos y en algunas ocasiones al contacto con el agua, este dispositivo emitía un sonido bastante particular algo parecido a unas campanitas ahogadas repicando por unos segundos después de hacer impacto de seco contra alguna superficie más blanda… el plástico era de un opaco y muy suave azul celeste, este dispositivo se dividía en dos partes, la parte operacional en donde su centro eje era un gran disco con agujeros para ser más exactos eran diez agujeros en donde detrás en una calcomanía futurista iban ordenados diez números partiendo desde el numero 1 y terminando en el 0, este disco con agujeros era lo que hoy en día conocemos como teclas. Había que ejecutar un giro dependiendo del número que quisiéramos discar. Partiendo desde la posición del propio numero hasta el tope final que era una pestaña de metal que hacia la función de discador. Dentro de esta primera caja operacional estaba todo el sistema maravilloso que transmitía los giros de esta rueda con agujeros en números y a su vez transformaba los sonidos, gritos, onomatopeyas, melodías y demás en una señal dial fácil de transmitir por vía cable telefónico hacia otro aparato similar receptor-emisor, la parte secundaria era un gran auricular con dos partes redondas y chata, la parte superior funcionaba como un audífono de alta densidad y fidelidad en el que la única forma de escuchar los sonidos que por allí se dislocaban era aislándote por completo en una concentración sepulcral que solo era posible lograr al hundir por completo el dedo índice en la cavidad auditiva desde el oído libre de tal forma que con el dedo índice en cuestión taponeases todo el orificio encargado de llevar los diferentes sonidos a tu cerebro y transformarlos en palabras que después de un análisis corto y casi imperceptible se transforman en ideas, el extremo inferior tenía una bocina micrófono por el cual podrías transferir todos los sonidos hacia el receptor que estaba del otro lado perdiendo partes importantes de su masa encefálica por el efecto tapón con el dedo índice, todo este proceso traumático que solo era posible llevar a cabo una vez al día y por muy pocos minutos dejo muchas marcas en la sociedad, por ello es común ver personas de edades no tan juveniles proferir una serie de gritos y chillidos de forma muy excitada y violenta por unos pocos segundos cuando atienden un equipo celular o un teléfono en la actualidad, inclusive podemos ver el mismo gesto con el dedo índice algo que un psicólogo pedagogo llamaría traumas de la infancia…
Continuara 2...

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