Desdoble

Leave a Comment

11/04/2011
Alberto Plaza


         Hace días, me desperté en medio de un sueño difuso... desperté entre llorando y riendo... desperté entre balbuceando y hablando... me hablaba a mi... como si el que hablaba era una persona y el que aun estaba medio dormido otra.

en el sueño yo me hablaba a mi mismo. al otro yo que aveces suelo ser, el yo alegre cuando siento tristeza, el yo fuerte y sin temores cuando me siento indefenso, en mi charla con mi otro yo me burlaba de ese yo porque el creía, debo decir que mas que creer aseguraba que estaba hablando solo, y me reía fuertemente porque yo sabia, debo decir  que mas que saber, aseguraba que no estaba solo, en el sueño el yo solitario se preguntaba así mismo... porque estaba solo, porque entre millones de personas, porque entre tanta gente, el seguía sintiéndose solo, y yo ya empecinadamente le reclamaba violentamente el porque no se daba cuenta que no estaba solo... que seguía estando yo... allí en ese momento, y en cualquier otro momento, mi yo solitario tenia cara de tristeza, de profunda tristeza, y yo, claro no podría verme la cara, pero sentía tristeza por mi yo solitario, sentía pena de mi mismo.

casi al declive de mi sueño mi yo solitario tomo una profunda bocanada de aire, un suspiro eterno, de esos suspiros que mientras aspiras el aire y lo expulsas pasa una a una las diapositivas de tu vida entera, y se pregunto de forma inquisitiva así mismo: Donde Estas?.

Yo escuche la pregunta y desperté... los ojos húmedos, tan húmedos que todo era opaco, y pensé... pensé... pensé, maldita sea porque pense?...

quien tiene la razón?

El yo solitario que cree ciertamente que esta hablando solo, o el yo que aseguraba que no estaba solo?

el yo solitario se preguntaba, donde esta ella? de entre millones de ellas, donde esta su ella, porque se rehusaba a llegar? y yo acordándome del sueño me preguntaba... donde estas? mi yo que cree estar solo, y mi yo que se burla del solitario tienen un mismo dolor en común... ambos sin importar lo que piense el otro, siguen estando solos... 

entonces me di cuenta que el yo del cual yo mismo me burlaba era el que tenia razón. porque mientras el yo del sueño creía no estar solo, y el yo que despertó pensaba en los otros dos, yo que había soñado anteriormente... el yo solitario tenia la certeza que ambos, el yo burlista y el yo despierto seguirían pensando sin importar el tiempo que no estaban solos, y que ella, su ella algún día terminaria por aparecer... 

 

0 comentarios: